Giorgio Jackson acorralado por economistas en debate sobre impuestos

El diputado del Frente Amplio se mostró favorable a adoptar la política impositiva de Irlanda, destacando aspectos de seguridad social, pero omitiendo que esa nación disminuyó los impuestos corporativos de 50% a 12,5%. Un sistema que choca con el discurso que ha tenido el líder de RD. El tema generó polémica en redes sociales y expertos tuvieron que «explicarle» el modelo. «Jackson tiene una confusión y defiende algunas cosas estatistas que le quedan a Irlanda sin darse cuenta que su sistema tributario es de los más liberales del mundo», precisa la economista Cecilia Cifuentes.

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«Irlanda hizo una reforma hiper regresiva, bajó la tasa de impuesto corporativa de 50% a 12,5%. Ha sido uno de los países de mayor crecimiento, tiene la mayor productividad laboral por hora del mundo y mejoró su índice Gini ¿Quien paga los impuestos al capital?», escribió el fin de semana la economista Cecilia Cifuentes en su cuenta de Twitter.

En su posteo, la directora del Centro de Estudios Financieros de ESE Business School Chile de la Universidad de Los Andes cuestionó las declaraciones que realizó el ex ministro de Hacienda Nicolás Eyzaguirre, quien afirmó que el proyecto del gobierno de Modernización Tributaria era «el más regresivo que haya sido aprobado, salvo durante la dictadura de Pinochet, durante los últimos 100 años«.

Un comentario que iba dirigido al ex secretario de Estado de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet, pero que fue tomado por el diputado de Revolución Democrática, Giorgio Jackson. El ex líder estudiantil destacó que en el país europeo «el sistema es desintegrado, tasas marginales a personas son de 20% y 40%, grava con 33% a ganancias de capital (versus US$20 en Chile), pagan seguridad social (USC y PRSI) progresivamente y gravan con US$20 la tonelada de dióxido de carbono (versus US$5 en Chile)».

Jackson tiene una confusión y trata de defender algunas cosas estatistas que le quedan a Irlanda sin darse cuenta que al final en su sistema tributario de empresa es uno de los países más liberales del mundo», comenta la economista Cecilia Cifuentes.

De esta forma, el dirigente del Frente Amplio se sumó a la discusión y aseguró: «Prefiero 1.000 veces el sistema tributario y de seguridad social irlandés al nuestro. Es lejos más progresivo que el chileno y si tiene esos efectos en productividad y crecimiento, mejor«.

La propuesta del congresista llamó la atención de la economista quien refutó que «para reducir los impuestos al trabajo y al capital, Irlanda redujo el tamaño del Estado casi a la mitad. ¿Eso sería parte de nuestra propuesta conjunta?«. Cifuentes hacía hincapié en la política que adoptó el país europeo a fines de la década de los ’80, bajo el gobierno en minoría de Charles Haughey.

El modelo irlandés apunta a la disminución de los impuestos que el Estado cobra a las empresa. Una idea a la que el Frente Amplio se ha opuesto en Chile y por la que ha criticado a la Reforma Tributaria de La Moneda. Ya en abril de este año, luego de que se aprobara la idea de legislar el proyecto, el bloque afirmó: «Nos parece inaceptable disminuir la recaudación fiscal actual, menos aún plantear compensar rebajas de impuestos a las grandes empresas. Hemos recalcado que no estamos de acuerdo con aumentar la regresividad del sistema tributario».

Cuestionamientos que el mismo Jackson reiteró el sábado pasado, el mismo día que se mostró a favor del modelo irlandés, en una editorial publicada en el sitio web de Revolución Democrática. En concreto, el diputado apuntó hacia la reintegración del sistema tributario que establecerá el texto legal. «¿Quiénes son los grandes beneficiarios de esta medida? Los socios de las 1000 empresas más grandes de Chile que se encuentran en el sistema semi integrado», afirmó el diputado quien además señaló que «el proyecto del Ejecutivo permitirá disminuir el pago de impuestos a los socios de las empresas más ricas del país, reduciendo el ingreso disponible del Estado para asuntos urgentes, como son mayores recursos para las pensiones, solucionar la crisis hospitalaria o invertir en políticas de infancia».

Una «contradicción» que también fue subrayada por el economista y líder de Reforma a la Reforma, Bernando Fontaine, quien en su cuenta de Twitter señaló: «Ahora Giorgio Jackson quiere modelo irlandés, full mercado con bajísimos impuestos a las empresas. ¡Cómo no haberlo dicho antes! Tendríamos una reforma tributaria mucho más pro desarrollo y pro movilidad social con 12%, sí, 12% de impuestos a las empresa«.

Irlanda, el país que en poco más de 30 años redujo los impuestos y que tiene un crecimiento de 5,1%

Los comentarios de los economistas apuntaban a la política que ha instaurado el país europeo a partir de 1987. Ese año, el ejecutivo irlandés encabezado por el Primer Ministro Charles Haughey logró el Primer Acuerdo de la Concertación Social, en el que los políticos, empresarios y sindicatos del país se comprometían a apostar por la apertura económica y adoptar una serie de medidas en pos del libre mercado. Una de las más importantes fue la reducción de la tasa impositiva a las empresas y la disminución del gasto fiscal.

Si en 1987 el impuesto a las compañías era del 50%, esta cifra se redujo a 24% en el 2000 y 18 años después bajó al 12,5%. Una de las tasas más baja de la OCDE -solo por  detrás de Hungría y Suiza-. De hecho, el promedio de los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos es de 22,1%. Mientras que en Chile, que también forma parte del organismo, es de 27%, es decir más del doble de lo que pagan las empresas en Irlanda.

La disminución en los impuestos ha transformado al país europeo en un atractivo destino para inversiones extranjeras, especialmente las firmas de sectores de servicios y tecnológicas. Según datos de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, en 2016, había por lo menos 700 compañías estadounidenses operando en Irlanda, entre ellas empresas de la talla de Google, Facebook, Apple, Hewlett Packard, Intel, Dell y Pfizer.

Esto ha generado que en dicho país la tasa de crecimiento promedio entre 1990 y 2017 haya sido de un 5,1%. Transformándose en el país europeo con el mayor indicador y también el país desarrollado con la mejor expansión de su economía.

Al respecto, el economista Bernardo Fontaine explica que «sería fabuloso tener una tasa del 12,5% de impuestos a las empresas porque eso significaría un enorme impulso a la inversión, al ahorro, al crecimiento, al desarrollo y por tanto a la movilidad social, porque el gran problema de una tasa de impuesto de 27% es que es un freno muy grande a que las empresas medianas crezcan«.

Mientras que Cecilia Cifuentes apunta: «Si nosotros bajamos la tasa de primera categoría de 27 a 12,5% tenemos que reducir el gasto, tenemos que hacerlo de forma responsable no a déficit. Irlanda lo hizo súper responsable, hizo una reducción gradual y para reducir el tamaño del Estado de la forma en que lo hizo, logró algo parecido a lo que hicimos en Chile en la década de los ’90: un acuerdo amplio entre políticos, empresas y sindicatos».

La economista agrega que si bien el Estado irlandés fue reducido para compensar el menor ingreso fiscal, aún «tiene como herencia un sistema de seguridad social bien estatista» y agrega que uno de esos ejemplos es el modelo de reparto con el que funciona el sistema de pensiones del país europeo. «No sé si él quería rescatar esa herencia de seguridad social con un sistema de reparto que han tenido que complementar con capitalización. Las tasas de cotizaciones son altísimas«, apunta la directora del Centro de Estudios Financieros de ESE Business School.

Una de muchas de las diferencias entre Chile e Irlanda tiene que ver con la productividad. Mientras en Irlanda cada hora trabajada en 2018 aportó US$102,3 al Producto Interno Bruto (PIB), en Chile significó US$29 al PIB.Una realidad que se contrasta incluso en las posiciones que ocupan ambas naciones en el organismo internacional. Si el país europeo es el Estado de la OCDE con mayor producción, Chile es el peor.

Sobre los dichos de diputado, Fontaine comenta que «Jackson dice que el sistema es desintegrado y esa es la gracia que le ve, pero con ese nivel de tasa no importa que sea desintegrado. El problema que tiene el sistema integrado es que el socio de una compañía no descuenta los impuestos pagados por la empresa de su impuesto personal«.

En tanto, Cifuentes complementa que «las tasas de cotizaciones son altísimas, Jackson tiene una confusión y trata de defender algunas cosas estatistas que le quedan a Irlanda sin darse cuenta que al final en su sistema tributario de empresa es uno de los países más liberales del mundo».

La información es de: ellibero.cl