Carlos Peña tilda discurso de Greta Thunberg como «toscamente moral» y dice que «no es muy razonable inclinarse ante una adolescente»

El cambio climático ha marcando la agenda mundial desde hace años. Sin embargo, no hay duda en que pasó a primera plana -en el último tiempo- con la irrupción de la joven sueca y su emotivo y duro discurso respecto al calentamiento global. La activista que llamó «traidores» a los líderes mundiales en la ONU ha generado miles de adherentes pero también detractores. A estos últimos se sumó el dominical análisis del rector de la Universidad Diego Portales, criticó a la menor abordando aspectos de su personalidad y del fondo de su discurso. “Si el cambio climático implica muchos peligros, el fanatismo, ese espíritu de cruzado que parece estar poco a poco acompañando a Greta, implica muchísimos más», advirtió.

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En poco más de un año, la joven sueca de 16 años Greta Thunberg pasó de ser una manifestante solitaria, a un ícono global en la lucha contra el cambio climático. En este breve lapso ganó varios premios, habló ante la ONU y fue nominada al Nobel de la Paz. Sin embargo, su figura genera críticas y desacuerdos entre sus seguidores.

Thunberg no es más que «una niña rica», dicen sus críticos. Y muchos la insultan estos días y la califican de «marioneta de otros».

A la voz de los críticos, se sumó el rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña, en su habitual segmento de análisis publicado en El Mercurio. «Si el cambio climático implica muchos peligros, el fanatismo, ese espíritu de cruzado que parece estar poco a poco acompañando a Greta, implica muchísimos más (…) Y es que no es muy razonable inclinarse, sin más, ante una adolescente que enarbola un discurso toscamente moral”, señaló en la misiva titulada «La semilla de Greta».

Según Peña, el discurso que Greta pronunció en las Naciones Unidas —donde se negó a sentarse en primera fila, mientras el Presidente Piñera abrigaba la secreta esperanza de que lo hiciera a su lado— «dio miedo, aunque no por lo que, según ella dijo, estaba ocurriendo en el planeta, sino por el tono con que lo pronunció».

«Era el tono de quien está en este mundo en carácter de acreedor de todos quienes le antecedieron y despojado de cualquier deuda, el tono de quien se aferra a una sola verdad creyendo que ella resume y encierra a todas las demás», añadió.

El académico asegura que en Greta -quien podría visitar Chile durante la COP25- se anida «la semilla del fanatismo», como ocurre a todas las personas que creen haber abrazado la verdad final. Y comparó a la joven activista con la creencia religiosa del «juicio final».

«Greta en su discurso ante las Naciones Unidas está catalizando, con ayuda de los medios y la flojera intelectual de las audiencias, otra distinción: la que media entre los malvados, negligentes y traidores sobre quienes pesa una deuda (las generaciones más viejas) y sus acreedores puros, portadores de limpios ideales (las nuevas generaciones)», comentó.

Para Peña, «los primeros, envilecidos por la codicia material o la estupidez, y los segundos, liderados por Greta y ofendidos por la maldad del mundo».

Por supuesto, «todo ese simplismo», dice el rector de la UDP ya que, a su juicio, esto «no es raro en una adolescente que tiende a poseer pensamientos inflexibles, y que después de haber crecido en una sociedad hastiada de bienestar, anhela la realización de valores posmaterialistas».

Lo «raro» y «preocupante», advierte, es que el mundo más viejo escucha «con él ánimo crítico anestesiado», como si en ella refulgiera la verdad y nada pudiera relativizarla, explica.

Peña pone como ejemplos a Barack Obama y al papa Francisco, quienes se han inclinado ante ella, «contribuyendo a fortalecer el aura que la rodea. En vez de contribuir al escrutinio más racional del problema, se ha obrado frente a Greta con un paternalismo frívolo que le concede, sin más, la razón».

«Nada de eso debe ser aceptado», recalca el rector, quien no niega que el planeta se ha estropeado ni que hay que hacer esfuerzos para detener este proceso, y que en eso «no solo Greta, sino los científicos que lo han venido diagnosticando tienen toda la razón». «Pero todo eso no ha de hacer olvidar que en lo que va de historia humana es el fanatismo (la semilla que lleva Greta y que siempre confunde la obviedad del problema con la sencillez a la hora de resolverlo) el que ha causado más sufrimientos a los seres humanos», sentenció.

Carlos Peña finaliza su análisis advirtiendo que «si el cambio climático implica muchos peligros, el fanatismo, ese espíritu de cruzado que parece estar poco a poco acompañando a Greta, implica muchísimos más».

«Sobre todo cuando, como es el caso, se trata de un fanatismo que reúne cada vez más a favor suyo a dos aliados —la ciencia y la adolescencia— que acostumbran a enrostrar a los demás la verdad que presumen haber descubierto», concluyó.

La información es de: elmostrador.cl