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En estos días de pandemia, o aprovechándose ellos, la Tercera Sala de la Corte Suprema ha dictado un fallo en contra de Radio Bío Bío que afecta severamente la libertad de información.
El año pasado, difundimos en Radio Bío Bío y publicamos en biobiochile.cl un audio telefónico: era la conversación entre un reconocido operador judicial, John Campos, y la jueza de Policía Local de Peñalolén, Marcela Guerra. John Campos solicitaba a la jueza que intercediera ante el senador Guido Girardi para obtener los votos necesarios para que la jueza Dobra Lusic se convirtiera en Ministra de la Corte Suprema.
John Campos es un conocido operador en los tribunales. Forma parte de una especie que no debiera existir, pero que es ampliamente tolerada en esas esferas. Como todos saben, y la conversación lo demuestra, tiene y ejerce mucho poder. Luego de que mostráramos sus operaciones en las esferas judiciales, Campos recurrió de protección en contra de Radio Bío Bío y varios periodistas y perdió en la Corte de Apelaciones de Santiago. La Tercera Sala de la Corte Suprema revocó esa sentencia y falló a favor de Campos y en contra de Bío Bío.
El fallo es totalmente arbitrario. Nada en la conversación reproducida se refiere a una situación particular o íntima, sino solo a un asunto de interés general. Es el intento de nombramiento de una colega de los integrantes de la Tercera Sala de la Corte Suprema. Es una conversación que demuestra las prácticas, tráficos de influencia, corrupción, negociaciones secretas (¿qué favores se pagaron o se deberán pagar a Campos?) que deben ser conocidas por nuestros auditores y lectores. Son todos temas de absoluto interés público.
El fallo es arbitrario porque -como lo recalcó la sentencia de primera instancia- fue una de las partes, la jueza de Peñalolén, la que dio a conocer la grabación. Hay jurisprudencia reiterada de la propia Corte que señala que esas conversaciones se transforman en públicas cuando una de las partes la divulga. Pero existe una costumbre de omitir aspectos fundamentales cuando se quiere fallar de determinada manera.
El juez Sergio Muñoz, que preside y tiene una influencia decisiva en la Tercera Sala, que dicen que pertenece a la vertiente liberal, ha sido un ferviente opositor, con razón, de los tribunales especiales para militares, porque han mostrado ser absolutamente complacientes. Pues bien, ellos, los jueces, parece que actuaran igual: cuando es una esfera de su ámbito el que está en cuestión, la balanza siempre se inclina en su favor; en este caso prohibiendo la divulgación de información pública que se refiere a parte de las porquerías que ensombrecen al Poder Judicial.
Al intentar que esas porquerías no se conozcan, el fallo pasa a formar parte de eso mismo. Pero, posiblemente, no habría que sorprenderse. ¿O, acaso, es necesario recordar ese audio en que, estando Sergio Muñoz presente, se estimó inconveniente dar a conocer al Ministerio Público hechos ocurridos en la Corporación Administrativa del Poder Judicial? Hay que reconocerlo: en esa oportunidad y ahora hay consistencia.
No se trata de compararse con esos periodistas magníficos, con ese poder ni con sus consecuencias. Pero los principios son los mismos: si los periodistas del caso Watergate estuvieran en manos de Sergio Muñoz, María Eugenia Sandoval, Mario Gómez y el abogado integrante Julio Pallavicini, habrían sido condenados.
Radio Bío Bío nació para servir a sus auditores y para que éstos estén informados. Hemos hecho una promesa: les contaremos todo lo que sepamos. Incluyendo, naturalmente, ciertas inmundicias. El derecho a la información no solo es de nosotros, es fundamentalmente de ustedes, nuestros auditores y lectores. Este principio fundamental es la razón diaria de nuestro trabajo en Radio Bío Bío y en biobiochile.cl. No podemos renunciar a él. No vamos a renunciar a informar, aunque no les guste y prometan las penas del infierno el juez Sergio Muñoz y sus socios de la Tercera Sala de la Corte Suprema.
Debo hacer una mención especial: el juez Jorge Zepeda estuvo por confirmar el fallo de la Corte de Apelaciones de Santiago, ratificando el interés público de lo que difundimos. Sabemos que no es fácil ser una voz disidente en la Tercera Sala de la Corte Suprema.
Fuente: BioBioChile.cl
