El sindicato que tiene en aprietos la integración de Cornershop con Uber en Chile

La RAE define un sindicato así: “Asociación de trabajadores para la defensa y promoción de sus intereses”.

Ese concepto, del que poco se habla en las grandes compañías tecnológicas globales, tiene complicada a la norteamericana Uber en su integración con la chilena Cornershop, firma que terminaron de comprar en junio del año pasado en US$ 1.400 millones, lo que valorizó a la aplicación de reparto de víveres en US$ 3.000 millones.

Y Uber, liderada por Dara Khosrowshahi, ya tomó la decisión: desde el 1 de junio, ambas plataformas se unen formalmente en una sola y lo mismo con los empleados de Cornershop en Estados Unidos y México, que ahora serán contratados por la aplicación de la letra U, excepto los más de 1.000 trabajadores de Chile.
Fuentes de Uber afirmaron a DF MAS que “están trabajando intensamente en el proceso de integración en todos los países a excepción de Chile, donde Cornershop está aún en conversaciones con su sindicato local”.

Compitiendo con Uber

Hay que hacer un poco de historia. Cuando el boom del delivery aún no era boom y los chilenos Daniel Undurraga, Juan Pablo Cuevas y el sueco Oskar Hjertonsson iniciaron las operaciones en 2015 en Chile y México, competían con algunos actores mundiales del nivel de Rappi, Amazon, Mercado Libre y Glovo. Y con la misma Uber Eats.
Para diferenciarse y captar “shoppers”, los contrataron. Sueldo base, comisiones, seguridad social, indemnizaciones, seguros. Todo incluído. Pero además, la promesa era que la movilidad interna iba a ser real: un shopper podía pasar de la calle como repartidor, a las oficinas corporativas. Y pasó varias veces.

Angélica Salgado, quien hoy preside el sindicato e ingresó a la empresa en 2017 como shopper y ahora trabaja en el área de catalogación, recuerda que ese año cuando ya eran unos 350 shoppers contratados, decidieron formar un sindicato. 240 fueron los primeros en sumarse.

Oskar, el CEO, incluso los incentivó. “En su país era normal y esperable que hubiesen sindicatos, porque para las empresas es más fácil conversar con una directiva que con cientos de personas”, cuenta la dirigenta.
En esos momentos, los shoppers estaban en WhatsApp grupales. Ahí mismo conversaban Undurraga, Cuevas, Hjertonsson, los ejecutivos chilenos y los shoppers compañeros de Angélica.
En noviembre de 2017 hicieron su primera negociación colectiva.
Pero ahí mismo Cornershop empezó a cambiar. A los nuevos shoppers ya no se les contrataba, sino que se les ofrecía un acuerdo como freelance, que ya usaban en su operación en México desde los inicios. El sindicato de Salgado empezó a disminuir en cantidad de socios, pero no desapareció. 

Los bonos

Consiguieron, por ejemplo, que si mientras estaban trabajando como shoppers se quedaban sin internet por razones ajenas a su voluntad, la aplicación no les descontaba ese tiempo de su sueldo base; también que las shoppers embarazadas pudieran pasar sus últimos meses antes del prenatal en la oficina en labores administrativas de menor intensidad; un reajuste del sueldo trimestral por IPC.

Además, crearon un mecanismo de renuncia que les permitía tener indemnizaciones como si hubiesen sido despedidos. Eso junto abonos por experiencia y permisos para titularse sin perder los ingresos y poder hacer la práctica dentro de la empresa.
Sin embargo, los beneficios se extendieron a buena parte de la empresa, por lo que llegaron a tener 40 socios, porque muchos de los shoppers ya se habían ido. Pero luego de la última negociación colectiva de 2020, consiguieron que los beneficios del sindicato se hicieran efectivos solo para los socios, y no solo pagando la cuota. Así, de los 40 pasaron a 520, y siguen sumándose.
En el grupo hay shoppers, personal de aseo, ingenieros, programadores y hasta managers de la operación de Cornershop en Chile. Algo inédito en el mundo tecnológico mundial.

Hay que integrarse

Del intento de compra por parte de Walmart se enteraron por la prensa. Y, cuenta la presidenta del sindicato, iniciaron de inmediato conversaciones con el sindicato de Lider, uno de los más grandes y poderosos de Chile.
Cuando se cayó ese deal, vino Uber. Salgado se juntó de inmediato con los ejecutivos de Cornershop para saber qué iba a pasar con los trabajadores. Aunque no hubo un tono amenazante, sí dejaron claro que se venían cambios y que a “Uber no le gustan los sindicatos, no tiene ninguno en el mundo”, les dijeron.
El día 28 de abril, Juan Pablo Cuevas, quien se encarga de la operación en Chile -y es el único de los fundadores que sigue en el país- se sentó a conversar con Angélica Salgado. La integración oficial con Uber parte en mayo, les dijo, y a la norteamericana le urgía lograr un acuerdo con el sindicato “porque o si no la fusión no se iba a poder hacer”, les habría dicho.

Uber y Cornershop le entregaron un documento donde reducían el contrato colectivo a nueve puntos, eliminando varios de los beneficios que habían obtenido, como bonos de alimentación y transporte y reajustes trimestrales por IPC, pero igualando con los beneficios globales de Uber, tales como vacaciones ilimitadas, créditos para comprar en la App y otros.

Pero varios de los socios del sindicato, sobre todo ejecutivos, no podían seguir en la organización, por ser sensibles para la operación.
El 7 de mayo a las 5 de la tarde, se reunió la asamblea y luego de debatir punto por punto la propuesta, reagendaron para el lunes 9 de mayo la votación. El rechazo fue mayoritario ese día.
Hasta los cuarteles de Uber en Chile y México llegó la noticia, y no cayó bien. Pidieron a Cuevas de Cornershop que siguiera negociando, pero hasta el cierre de esta edición, no había un acercamiento.
“Lamentamos que no haya sido posible llegar a un acuerdo que dejara conformes a ambas partes y declaramos, desde ya, que estamos disponibles para seguir conversando, antes de la fecha legal de negociación colectiva, con miras a una solución que permita la integración”, escribió el sindicato en una declaración pública.
Si todo sigue así hasta el próximo martes, Cornershop luego de un intento fallido de fusión con Walmart, y una millonaria transacción con Uber, comenzará la integración con la tech… pero sin sumar a Chile, el país que los vio nacer hace siete años. 

Fuente: dfmas.df.cl