Horror en China: empresaria arrestada ilegalmente es sometida a los más atroces abusos por no acceder a renunciar a su creencia 

Horror en China: empresaria arrestada ilegalmente es sometida a los más atroces abusos por no acceder a renunciar a su creencia 

Una de las persecuciones religiosas más despiadadas de estos tiempos es sin duda la que comete el régimen comunista chino hacia los practicantes de Falun Dafa y en parte esto se hace posible por la complicidad de los centros de detención en China, oscuros lugares donde se cometen los más atroces abusos.

Una de estas es la prisión de mujeres de Liaoning, en la provincia con el mismo nombre. Esta enorme prisión se ubica en el suburbio noroeste de la ciudad de Shenyang, en China.

Cuando el partido comunista chino (PCCh) comenzó a perseguir a la disciplina espiritual Falun Dafa en julio de 1999, había cerca de 100 millones de practicantes de todas las profesiones y condiciones sociales, incluyendo profesores universitarios, empresarios, obreros, y trabajadores del ámbito rural. Durante la represión, muchos fueron arrestados, confinados en campos de trabajo forzado y saturados con propaganda de odio en sesiones de lavado de cerebro. Muchos de ellos desaparecieron o murieron en prisión.

Hay muchos testimonios de mujeres que lograron sobrevivir a los horrores de las cárceles chinas, pero en esta oportunidad nos enfocaremos en la historia de la Sra, Jiang Wei, una exitosa empresaria que fue sentenciada a 8 años en 2004 y desarrolló cáncer de estómago durante su encarcelamiento. Posteriormente fue arrestada en 2015 y sentenciada a doce años, según el sitio web Minghui

Una empresaria exitosa pierde todo por la persecución del PCCh

Una vez propietaria del lujoso hotel Landun en la provincia de Liaoning, la Sra. Jiang vivió una vida que la gente envidiaba, hasta que el régimen comunista chino lanzó la persecución hacia Falun Dafa -también conocido como Falun Gong- en 1999. 

Para ese entonces, Falun Dafa se había arraigado profundamente en su corazón, ya que desde que comenzó con la disciplina en 1998 pudo curarse de distintos males que la aquejaban tales como hepatitis, insomnio, problemas cardíacos y ginecológicos, migrañas, etc. y además elevar su estado mental.

Sin embargo, por no acceder a renunciar a su creencia, fue acosada y detenida ilegalmente muchas veces. Su último arresto tuvo lugar en 2015, cuando la sentenciaron a doce años de prisión.

Años de encarcelamiento ilegal le costaron su matrimonio y decenas de millones de yuanes de su negocio y propiedades. Las torturas que soportó y las drogas desconocidas que le inyectaron en un hospital psiquiátrico finalmente hicieron que se debilitara y fuera diagnosticada con cáncer de estómago.

En septiembre de 2004, la trasladaron a la prisión de mujeres de Liaoning. Los guardias la golpearon, le pisotearon el pecho y le hirieron los pulmones.

La Sra. Jiang estuvo encerrada en una pequeña cámara de confinamiento durante medio año. El frío y el hambre la hicieron vomitar a diario y, finalmente, desarrolló cáncer de estómago.

Fue liberada el 27 de junio de 2012, pero luego de presentar una denuncia penal en junio de 2015 contra Jiang Zemin, exlíder chino que lanzó la persecución a Falun Gong, fue arrestada nuevamente.

La Sra. Jiang dijo en la denuncia: “Debido a la persecución, perdí mi libertad y mi familia. No se me permitió ser hija, esposa o madre. La amargura y tristeza de estar separada de mi familia fue abrumadora. Como practicante de Falun Gong, superé muchas pruebas para entregar esta denuncia a todos los jueces y fiscales. Espero que use el poder que se te ha otorgado para devolver la justicia”.

Nuevamente detenida, la señora Jiang se declaró en huelga de hambre para protestar por la persecución. Los guardias la esposaron a una tabla y la alimentaron a la fuerza cuatro veces al día.

El juez del Tribunal de Distrito de Shuangta la condenó a 12 años de prisión el 21 de marzo de 2016. La llevaron a la prisión de mujeres de Liaoning el 23 de octubre.

Un guardia castigaba con frecuencia a la Sra. Jiang y la obligaba a permanecer quieta durante períodos prolongados. El guardia instigó muchas veces a otros prisioneros a maldecirla, golpearla y abusar de ella. 

La Sra. Jiang fue puesta en confinamiento solitario en julio de 2018. El espacio era tan pequeño que no podía ponerse de pie. Se vio obligada a comer, dormir y hacer sus necesidades en ese lugar. Hacía calor y estaba sofocada, y había moscas e insectos por todas partes. Posteriormente comenzó a vomitar incontrolablemente y a sufrir un edema generalizado. Quince días después, la llevaron de urgencia a un hospital.

Sus dos hijas la visitaron el 30 de julio e inmediatamente rompieron a llorar al ver su madre tan demacrada y con un edema severo. Además su piel estaba cubierta de numerosas picaduras de insectos. Un guardia amenazó con ponerla en un pabellón psiquiátrico, esperando que sus hijas la persuadieran de que renunciara a Falun Gong.

En abril de 2019, la Sra. Jiang fue transferida a una “unidad de entrenamiento intensivo” que se dedicaba a torturar a los practicantes de Falun Gong. A menudo la golpeaban y no le daban nada de comer.

Para obligarla a renunciar a su fe, los guardias permitieron que los prisioneros le realizaran todo tipo de abusos físicos y psicológicos. Sin embargo, ella se negó a renunciar a los principios de Verdad, Benevolencia, Tolerancia, los pilares de Falun Gong que le habían dado sentido a su vida.

La historia es testigo de cómo las personas de fe tienen una voluntad de diamante y una fortaleza increíble para ser capaz de aguantar lo que otros no podrían y sostener sus principios hasta las últimas consecuencias.  

Fuente: bles.com