La DC se encuentra fracturada. La crisis post acusación constitucional

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El diputado Raúl Soto admitió tener un «sabor amargo» en la boca tras lo sucedido al interior de la falange y aseguró que existe una contradicción por parte de sus camaradas que decidieron rechazar la acusación: «cuando estamos en un contexto donde pedimos unidad para alcanzar justicia para don Eduardo Frei Montalva, el único magnicidio de nuestra historia, bueno, con el mismo ahínco tenemos que pedir lo mismo para todos los chilenos que fueron víctimas y eso implica cerrar la puerta para cualquier forma de impunidad, que es lo que se perseguía con esta acusación constitucional (…) obviamente esa contradicción no fue evidente para todos los demócratacristianos».


No es la primera vez, otras acusaciones constitucionales generaron fracturas en las huestes de la centro izquierda y sobre todo tensiones internas en la DC, porque sus diputados se dividieron y mas de uno, terminó votando alineado con la derecha, inclinando la balanza. Eso es precisamente lo que pasó con la falange, nuevamente, la noche del jueves con la votación  en la sala de la Cámara de Diputados con el libelo contra de los ministros de la sala penal de la Corte Suprema, Hugo Dolmestch, Carlos Künsemüller y Manuel Valderrama, por otorgar libertad condicional a siete condenados por violación de los derechos humanos en dictadura. Una vez más, la historia de la acusación puso ser distinta si no fuera por el quiebre interno en la Democracia Cristiana.

Las gestiones de La Moneda para neutralizar el avance de la acusación constitucional fueron claves. Especialmente el despliegue  quien logró quebrar el equilibrio inicial que había e la DC sobre la acusaciómn: siete diputados de la falange a la favor del libelo, los otros siete en contra. Cuando se votó el libelo, pasada la medianoche del jueves, solo cuatro diputados de la falange votaron alineados con el resto de la oposición a favor de la acusación: Víctor Torres, Raúl Soto, Mario Venegas y Gabriel Ascencio.

El resto de la bancada DC, argumentando distintas razones, se cuadraron con el rechazo del libelo: Matías Walker, Gabriel Silber, Jorge Sabag, Johana Pérez, José Miguel Ortiz, Manuel José Matta, Iván Flores, Miguel Ángel Calisto y Daniel Verdessi, por parte de la DC, a los que se sumaron los radicales Fernando Meza y José Pérez.

Al día siguiente, en conversación con El Mostrador, el diputado Soto admitió tener un «sabor amargo» en la boca de lo sucedido en su partido y aseguró que el problema en la DC es que internamente existe una contradicción de parte de quienes decidieron rechazar la acusación: «cuando estamos en un contexto donde pedimos unidad para alcanzar justicia para don Eduardo Frei Montalva, el único magnicidio de nuestra historia, bueno, con el mismo ahínco tenemos que pedir lo mismo para todos los chilenos que fueron víctimas y eso implica cerrar la puerta para cualquier forma de impunidad, que es lo que se perseguía con esta acusación constitucional».

A reglón seguido Soto lamentó que esa contradicción «no fue evidente para todos los demócratacristianos». Explicó  que se esforzó mucho por lograr unidad entre sus pares, pero que la división interna primó en la bancada: «Lo que vi, lo que escuché, era algo que no me había tocado vivir antes, una presión enorme, para tratar de dirigir de alguna forma el resultado de esta votación, eso es grave, porque significa intervencionismo. Justamente esas presiones buscaban cambiar el sentido de las votaciones de algunos».

En la vereda del frente en este debate, el diputado DC, Matías Walker, aseguró que «no hay ninguna contradicción, tuvimos en cuenta las condenas de DD.HH por estos ministros», pero recalcó que a su juicio los tres jueces tienen «una trayectoria en materia de derechos humanos, así lo han dicho abogados de DD.HH, nosotros conversamos mucho con agrupaciones de detenidos desparecidos, con Carmen Hertz y dijimos que no nos íbamos a sumar, que íbamos a evaluar la trayectoria de los ministros».

Ante las críticas, Walker agregó  que la noche del jueves tras la votación «dormí con la consciencia tranquila» por no haber destituido a tres ministros que, a su juicio, tienen una trayectoria indiscutida en la defensa de los DD.HH.

Walker descartó «cualquier tipo de negociación con Blumel, le notificamos al Gobierno que en esto cada diputado DC iba a actuar en conciencia. Yo sostengo que fue un mal fallo, pero eso no justifica destituir a esos ministros».

Más allá de las declaraciones del diputado Walker, lo concreto es que este acusación no solo generó una nueva fractura en el seno de la DC, sino que complicó el escenario del partido con el resto de la oposición, ya que introdujo una división en uno de los pocos temas que les quedaba en común y como punto de consenso: el rechazo a las violaciones a los derechos humanos en dictadura.

La información es de: El Mostrador