La «tormenta perfecta» que enfrenta Cubillos: paro docente, quiebre interno en el Mineduc y una acusación constitucional

No son días fáciles para la autoridad del Ministerio de Educación. El paro del Colegio de Profesores suma una cuarta semana de paralizaciones, sin que la ministra dé una respuesta clara a los docentes, lo que ha agudizado el conflicto. En paralelo, una soterrada pugna interna que lleva meses en el Mineduc ha comenzado a salir a la luz, ya que la renuncia del superintendente de Educación sería otra muestra de la pelea que mantienen los cuadros más técnicos con el equipo de confianza de la ministra, respecto a la política educativa que se lleva adelante. A esto se añade la idea del Partido Socialista de presentar un libelo en su contra, apuesta que ha ido ganando adherentes al interior de la oposición.

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A la ministra de Educación, Marcela Cubillos, le llueve sobre mojado. Pese a que en La Moneda han optado por guardar silencio ante el paro de los profesores y el Mineduc ha impulsado la estrategia del desgaste, apostando a estirar la situación hasta que lleguen las vacaciones de invierno para que el movimiento pierda fuerza por sí solo, eso no significa que el panorama no sea complejo. A esto se suma la sombra de una acusación constitucional –aunque “a regañadientes”, reconocen desde la oposición– que toma forma y los conflictos internos en el ministerio, que complican el panorama de una de las secretarias de Estado «protegidas» de la administración de Sebastián Piñera. De hecho, en el Gobierno hay preocupación por el rumbo que está tomando su conducción y el escenario que enfrenta su jerarca.

El paro del Colegio de Profesores, junto a educadoras y educadores de educación de párvulo, entra hoy en su cuarta semana y, aunque el diálogo con el ministerio se encuentra cortado, la adhesión al movimiento parece intacta. La marcha nacional realizada el pasado jueves fue una nueva prueba de fuerza para los docentes, quienes rechazaron  la última propuesta entregada por el subsecretario Raúl Figueroa, ya que Cubillos se ha negado a dialogar con el gremio más importante vinculado a su cartera. Desde ese momento no han tenido nuevas conversaciones con el Mineduc.

La marcha del jueves 13 de junio, que llevó a miles de docentes de todo el país hasta el frontis del Congreso en Valparaíso, logró captar la atención de algunos asesores gubernamentales, que intentaron hacer un “un llamado de atención” interno, argumentando que, más que por la potencia del movimiento, no había que perder de vista que este había convocado y unificado a toda la oposición, incluyendo a la DC. Una prueba de fuerza, que se habría visto reforzada por los resultados de las encuestas internas encargadas por La Moneda, en donde el ítem del conflicto con los profesores le daría una nota roja al Ejecutivo.

“Era un conflicto que no estaba en el radar”, reconocieron fuentes de Palacio, pues los reportes del Mineduc apuntaban a que, terminada la mesa técnica, el tema “pasaría al olvido”. Aun así, no es un conflicto que le quite el sueño al Gobierno, es más, el Presidente Piñera no se ha referido en profundidad al mismo y el diseño para educación se mantendría intacto: el tema lo lleva el Ministerio del Interior y el alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, y el objetivo es poner el foco en los liceos emblemáticos y la violencia que se ha desatado allí, como es el caso del Instituto Nacional.

La renuncia del superintendente de Educación, Sebastián Izquierdo, es solo la punta del iceberg de una soterrada pugna por la dirección que ha tenido el Mineduc en los últimos meses, principalmente entre Evópoli y la UDI. Su salida hizo que desde La Moneda miraran con preocupación la interna del ministerio y hasta mandaron a monitorear el desempeño del círculo más íntimo de la ministra. Actualmente habría dos líneas en tensión: por un lado, están los cuadros técnicos, entre quienes no es muy popular la política que ha impulsado la ministra y, por el otro, “el batallón de Cubillos”, su equipo más íntimo, que arribó con ella en agosto del año pasado. Las rencillas por el “exacerbado protagonismo de proyectos sin fundamentación como Aula Segura”, llevaron a un quiebre sin retorno, reconocieron desde la cartera de Educación.

Pero las mesas oficiadas por el subsecretario Figueroa no han sido las únicas negociaciones del oficialismo. Un inesperado factor irrumpió en el conflicto con los profesores: el senador RN, Andrés Allamand –esposo de la ministra Cubillos–, quien habría intentado levantar “puentes paralelos” con los docentes durante los primeros días del conflicto, los que habría logrado gracias a sus nexos con el mundo educativo, debido a su paso por la Comisión de Educación del Senado.

Negociaciones que no tuvieron “agua en la piscina”, ya que el senador es uno de los principales responsables de uno de los puntos críticos del petitorio de los docentes. Allamand fue uno de los que negoció el acuerdo para aprobar el proyecto de “Nueva Educación Pública”, conocido como “desmunicipalización” en 2017. La negociación, con el Gobierno de Michelle Bachelet, la ministra Adriana Delpiano y los senadores de la entonces Nueva Mayoría, consistió en que el proceso de desmunicipalización terminaría en el año 2025, pero se incluyó una evaluación en el año 2021, lo que abriría la puerta a que el proceso se frenara y que los municipios administrados por la derecha, que se han mostrado en contra de la NEP, pudieran optar por no hacerse parte. “Logramos acuerdos y eso se tradujo en concretar el proyecto de desmunicipalización”, destacaba el senador en octubre de 2017.

Pero Nueva Educación Pública (NEP) es una de las áreas más complejas para el Mineduc de Cubillos. Pese a que el proceso depende de una institución autónoma, el ministerio debe velar por su correcta ejecución, pero la NEP estuvo meses con una directora subrogante, hasta que la semana pasada fue nombrada Alejandra Grebe, quien llega a un proceso altamente criticado por apoderados y docentes, con la falta de pago de cotizaciones a profesores y funcionarios, colegios con goteras y ratones y el retraso en la entrega de los fondos.

Este complejo panorama para la NEP, junto a las ronchas que han sacado sus intenciones presidenciales al interior de Chile Vamos, habrían llevado a que el senador RN tome un rol de segunda fila en el conflicto y haya desistido de sus llamados a los profesores.

Pero el conflicto con el Colegio de Profesores no es lo que realmente ha despertado “incomodidad” con el Mineduc, destacaron desde el piñerismo. La incapacidad para sacar adelante Admisión Justa pasó a ser una preocupación mayor.

Ya va casi un mes desde que fue rechazada por los diputados de la comisión de Educación y no se han logrado avances con la Democracia Cristiana y los radicales, apoyo necesario para sacar adelante la iniciativa en la Cámara Baja. Esta semana distrital sería clave, la última chance para convencer a algunos votos descolgados de la oposición, ya que el próximo 2 de abril la presidencia de la Cámara, liderada por Iván Flores (DC), solicitaría una sesión especial para votar el proyecto. Las conversaciones estarían siendo lideradas por el subsecretario Figueroa y el ministro de la Segpres, Gonzalo Blumel.

Esta cuarta semana de paro docente estará marcada por un vuelco hacia la ciudadanía. Se programó una jornada de movilización para el miércoles 26 de junio, la que terminará con un cacerolazo ciudadano en la tarde-noche. Además, se han intensificado las conversaciones con los estudiantes secundarios, quienes convocaron a un paro nacional para hoy, luego del accionar de Carabineros en el Instituto Nacional.

El quiebre interno en el Mineduc

La renuncia del superintendente de Educación, Sebastián Izquierdo, es solo la punta del iceberg de una soterrada pugna por la dirección que ha tenido el Mineduc en los últimos meses, principalmente entre Evópoli y la UDI. Su salida hizo que desde La Moneda miraran con preocupación la interna del ministerio y hasta mandaron a monitorear el desempeño del círculo más íntimo de la ministra. Actualmente habría dos líneas en tensión: por un lado, están los cuadros técnicos, entre quienes no es muy popular la política que ha impulsado la ministra y, por el otro, “el batallón de Cubillos”, su equipo más íntimo, que arribó con ella en agosto del año pasado. Las rencillas por el “exacerbado protagonismo de proyectos sin fundamentación como Aula Segura”, llevaron a un quiebre sin retorno, reconocieron desde la cartera de Educación.

En medio del festival de especulaciones por el cambio de gabinete, una idea que rondó fuerte al interior del mundo de la educación fue la posibilidad de que un o una militante de Evópoli pudiera hacerse cargo de la polémica cartera. Pero esto no ocurrió, Piñera la mantuvo en el cargo y los números de la CEP “aseguraron a Cubillos en su puesto”, según explicaron desde Chile Vamos.

Pero el problema no sería solo por la política del Mineduc, sino también por el trato que ha dado la ministra a sus trabajadores y trabajadoras, ya van tres jefes de prensa que han renunciado debido a los malos tratos de Cubillos, y durante la semana pasada El Desconcierto reveló una “lista negra”, con funcionarios que debían ser desvinculados del ministerio, debido a que llevaban meses con licencia médica. Una de las funcionarias de la lista fue despedida, luego que el Compin estableciera que su enfermedad, un cáncer que le ha hecho perder la movilidad, no la inhabilitaba para hacer su trabajo. Tras la publicación, la funcionaria fue reintegrada al Mineduc, pero a otra división y desde la asociación de funcionarios del ministerio (Andime) señalaron que no saben si ella mantendrá su antigüedad de más de 10 años.

El presidente de Andime, Egidio Barrera, destacó que al interior del Ministerio de Educación “ha habido una cacería de brujas”, que lleva casi 300 despidos desde la llegada de Cubillos. Además, recalcó que se ha instalado una “cultura policial”, ya que se insta a que entre los mismos funcionarios se justifique la permanencia de los trabajadores y trabajadoras que son parte de la lista negra. Asimismo, en más de una ocasión, gente de la confianza de Cubillos los habrían grabado en reuniones o cuando han realizado despliegues, como el de un lienzo que pedía la renuncia de la ministra.

La denominada “lista negra” habría causado algunos roces internos, principalmente con las autoridades de la Subsecretaría de Educación. Además, la idea de “agilizar los despidos” habría sido de la propia ministra Cubillos, quien le solicitó a la Seremi de la Región Metropolitana, Bárbara Soto, que iniciara el proceso de revisión con el Compin de todos los funcionarios que tuvieran más de 120 días de licencia en dos años.

La acusación

El viernes pasado se sumó un nuevo flanco, la temida acusación constitucional. Idea que lanzó hace una semana el Partido Socialista y de la que los parlamentarios de oposición de la comisión de Educación se enteraron por la prensa. El PS llevaba algunas semanas preparando un documento técnico para encontrar los argumentos con los cuales levantarla y había tenido conversaciones previas con algunos parlamentarios de las otras bancadas.

La molestia fue transversal, en el Frente Amplio, la DC, el PPD y el PC miraron con distancia la apuesta de los socialistas, ya que habían hablado el tema con anterioridad y se habría optado por empezar con una interpelación, “para evitar el bochorno ocurrido con Santelices”, como reconocieron desde la ex Nueva Mayoría.

Pero, la tarde del viernes el camino de la acusación constitucional tomó otro rumbo. El PC decidió sumarse a la idea del PS de impulsarla. En un comunicado, afirmaron que en la bancada, junto a independientes de oposición, coinciden “con la necesidad de estudiar la factibilidad de esta acción. La negativa de la ministra a abrir cauces de solución a demanda de profesores y de educadoras de párvulos, son algunas de las razones que nos motivan a examinar el ejercicio de esta facultad de la Cámara».

Esta sumatoria de fuerzas reforzó la apuesta del PS, desde donde –según fuentes del Parlamento– plantearon al resto de la oposición que estaban dispuestos a ceder el liderazgo a un diputado o diputada de otro partido, con el fin de que se saque adelante la acusación contra de Cubillos. Los nombres que sonarían con fuerza son el de la diputada Camila Vallejo (PC), Cristina Girardi (PPD) y Camila Rojas (FA), pero todos los ojos estarían sobre el DC Mario Venegas, puesto que el apoyo de la Democracia Cristiana reforzaría la acción y aseguraría votos para la destitución de la ministra.

Desde el mundo social movilizado han advertido a las bancadas de la oposición sobre el levantamiento de esta acusación. A pesar de que coinciden en la necesidad de la salida de la ministra Cubillos, han recalcado que es necesario que “haya agua en la piscina” y que los argumentos técnicos sean suficientes para levantar la señalada acción.

Por ahora serían claves las negociaciones con el PPD y el Frente Amplio, principalmente con Revolución Democrática, que concentra gran parte de la bancada frenteamplista. Su apoyo sería fundamental para que toda la oposición se cuadre con la acusación constitucional.

La información es de: elmostrador.cl