“La Cordillera de los Andes, al sur de América”: el nuevo libro que relata la influencia de ésta en la formación del país y del carácter chileno

Se trata de una publicación realizada por Banco Santander en conjunto al Museo Chileno de Arte Precolombino, la Fundación Familia Larraín Echeñique y la Ilustre Municipalidad de Santiago, y entre cuyos autores se encuentra María Teresa Ruiz, Premio Nacional de Ciencias Exactas, y el arquitecto Manuel Dörr.

Con una extensión de 7.240 km, la Cordillera de los Andes se impone como una gran muralla que es visible desde gran parte del territorio nacional, y por lo mismo, ha marcado el desarrollo de Chile y también el modo de vida y carácter de sus habitantes.

Tomando esto como referencia, el libro “La Cordillera de los Andes, al sur de América”, una creación conjunta entre el Museo Chileno de Arte Precolombino, Banco Santander, la Fundación Familia Larraín Echeñique y la Ilustre Municipalidad de Santiago, hace énfasis en la geología, botánica, arqueología, antropología, historia y actualidad de la ocupación humana en la cordillera. Esto, de la mano de diferentes autores, entre ellos María Teresa Ruiz, Premio Nacional de Ciencias Exactas en 1997.

La reconocida astrónoma, quien además recibió en 2017 el Premio L´Oréal- UNESCO a mujeres en la ciencia, estuvo a cargo del capítulo denominado “El llano de Chajnantor”,  en donde hace alusión a las huellas que dejaron los habitantes de tiempos pretéritos y a la importancia de la cordillera en cuanto al desarrollo astronómico, especialmente en la zona de Atacama.

De hecho, para María Teresa Ruiz, su motivación para ser parte de esta publicación se basó en que “para mí las montañas son mi lugar de trabajo en la Tierra, y si no fuera por ellas yo creo que la astronomía estaría en mucho más mal pie, porque son Los Andes los que le han dado -en parte- la tremenda ventaja comparativa que tiene Chile de ser una verdadera ventana para observar el universo”.

Y es que, según plantea Ruiz en el libro, “estas condiciones, tan favorables para la observación astronómica, tienen origen en la geografía del lugar. La corriente fría de Humboldt, que corre de sur a norte a lo largo de la costa chilena, favorece que las nubes se condensen sobre el mar y no en el continente, y además, la presencia de la Cordillera de los Andes, como también ocurre en la zona centro-norte, actúa como barrera natural, frenando el avance de las nubes cálidas y húmedas provenientes del Atlántico”, lo que se traduce en “noches, casi siempre despejadas”,“cielos oscuros, y una atmósfera transparente y estable”.

En tanto, para el arquitecto Manuel Dörr, quien realizó el capítulo “Una cultura a ambos lados de la cordillera”, su inspiración viene dada por difundir el legado de la cordillera, y para ello relata el modo de vida y el trayecto que realiza el arriero.

Pero, ¿cómo se enlaza esto con la arquitectura? “Esto se conecta por la trashumancia, es el habitar el territorio, yo habito el territorio recorriéndolo, quedándome, y ahí hay un tipo de arquitectura, que se llama arquitectura vernácula, que es la arquitectura propia de una cultura. Entonces, el arriero a donde llega, a su rancho, alude a elementos arquitectónicos muy propios del territorio chileno. Son maneras activas de habitar el territorio desde la cultura local”, explicó Dörr.

Por su parte, Claudio Melandri, presidente de Banco Santander Chile, destacó que “estoy seguro de que esta publicación contribuirá al conocimiento de nuestra geografía física y humana, como también al deleite de este patrimonio natural, que tanto investigadores como académicos, fotógrafos, artistas y escritores nos revelan en cada capítulo de este libro”.

La colección

“La Cordillera de los Andes, al sur de América” corresponde a volumen nº34 de la serie. Y es que desde 1981, Banco Santander ha colaborado con el Museo Chileno de Arte Precolombino en su labor de descubrir y difundir nuestro país y sus raíces precolombinas.

Producto de esto, surgieron títulos como -por ejemplo- “Patagonia Andina, la inmensidad humanizada”, “Joyas de los Andes: metales para los hombres, metales para los dioses” y “Atacama”.

Este último también contó con la participación de la astrónoma María Teresa Ruiz, quien desarrolló el capítulo denominado “Los cielos de Atacama”.

Fuente: eldinamo.cl