Qian Xuesen, el científico expulsado de Estados Unidos que metió a China en la carrera espacial

El 31 de octubre de 2009 fallecía en Pekín un anciano casi centenario. Se llamaba Qian Xuesen y en China está considerado un héroe nacional por ser el padre de la astronáutica del país, hasta el punto de que la primera misión tripulada de los chinos al espacio, realizada con éxito en 2003, se basó en su trabajo científico. Fue una satisfacción casi postrera para él porque había iniciado su carrera en EEUU pero fue expulsado al acusársele de simpatizar con el comunismo, durante aquel período de persecución iniciado por el senador McCarthy.

Qian era natural de Hangzhou, donde nació a finales de 1911, aunque dejó la ciudad con apenas tres años porque su padre, un funcionario del Ministerio de Educación, fue destinado a Pekín. Así que el joven Qiang creció en la capital hasta que en 1934 marchó a la Universidad Nacional Chiao Tung (actual Universidad de Jiatong de Shanghái) para cursar la carrera de ingeniería mecánica. Luego hizo el servicio militar en la Base Aérea Nanchang Laoyingfang (que hoy es un aeropuerto de uso conjunto civil-militar) y al terminar recibió una Boxer Indemnity Scholarship, un tipo de becas que EEUU destinaba a estudiantes chinos para apaciguar el sentimiento que había contra ese país tras la intervención internacional contra la Rebelión de los Boxer.

La de Qian llegaba desde el Instituto de Tecnología de Massachussets, en el que al año siguiente obtuvo el título de Maestro de Ciencias. Entonces entabló amistad con algunos profesores, de los que admiraba la vertiente experimental de sus investigaciones frente a la teórica imperante en China, del mismo modo que ellos supieron ver en él una mente excepcional. Uno de aquellos profesores fue Theodore von Kármán, un matemático, físico e ingeniero de origen húngaro que se había especializado en aeronáutica, habiendo firmado uno de los primeros diseños de helicóptero y que en los años treinta, tras emigrar a EEUU, estaba al frente del Instituto Aeronáutico Guggenheim de otro importante instituto tecnológico, el de California. De hecho, Kármán convenció a su pupilo para acompañarle en esa nueva etapa.

Era el año 1936 y centraron sus experimentos en el desarrollo de cohetes, una línea de investigación que dio más de un susto en el campus y por eso se les apodaba Suicide Squad (Escuadrón Suicida). Qian, o Hsue-Shen Tsien, como se llamaba entonces, se doctoró en 1939; justo al inicio de la Segunda Guerra Mundial, en la que a partir de 1942 se incorporaría -con el rango temporal de coronel- al Proyecto Manhattan, el plan estadounidense para conseguir un artefacto atómico. No obstante, Qian trabajó en un programa complementario denominado Jet Propulsion Laboratory, centrado en el desarrollo de misiles del tipo de las V-2 alemanas. Al prototipo fabricado se le puso el nombre de Private A, que se puso en vuelo en 1944 y al que siguieron otros modelos como el MGM-5 Corporal (el primero pensado para llevar una cabeza nuclear) o el WAC Corporal.

Qian también trabajó en el diseño de un avión espacial intercontinental que sería la base del posterior X-20 Dyna-Soar. Era ésta una nave capaz de efectuar reconocimientos aéreos y bombardeos pero también de volar al espacio para el mantenimiento de satélites en órbita o, sobre todo, sabotear los de potencias enemigas. Boeing lo planteó en 1957 pero lo canceló ese mismo año al iniciarse la carrera por el espacio; sin embargo, el X-20 Dyna-Soar y el diseño de Qian se harían realidad más adelante con el transbordador espacial.

Exactamente diez años antes de ese proyecto de Boeing, Quian contrajo matrimonio con Jiang Ying, una cantante de ópera y profesora de música nacida en Haining de familia chino-japonesa. Era hija de Jiang Baili, uno de los generales de Chiang Kai-Shek, y había estudiado en Berlín pero al estallar la guerra marchó a Suiza, estudiando canto en el Musikhochschule de Lucerna en 1944 antes de volver a China y mudarse a EEUU en 1947. Definitivamente o eso pensaba, ya que sus dos hijos nacieron ya en ese país pese a que Jiang y Qian se casaron en Shanghái. Pero a él le habían ofrecido el puesto de profesor en el citado instituto de Massachussets y dos años más tarde, por mediación de von Kármán, pasó al de California. En ese mismo 1949 solicitó la ciudadanía, según algunos testimonios, si bien no consta ninguna gestión oficial y su esposa siempre negó que la hubiera pedido.

Esquema del X-20 Dyna-Soar/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

Esa falta de certeza se enmarca en el contexto de las primeras acusaciones contra Qian. Los servicios de inteligencia sospechaban de él por sus idas y venidas de China pero no se adoptó ninguna medida hasta que en 1950, a punto de empezar la Guerra de Corea, fue interrogado por el FBI y se le retiró su pase de seguridad. El macartismo daba sus primeros pasos en su paranoia sobre una conspiración comunista en el país y abría la puerta a la tristemente célebre caza de brujas. Varios científicos relacionados con los programas nucleares fueron condenados, caso del químico Harry Gold, el ingeniero Morton Sobell, el físico británico Klaus Fuchs y David Greenglass (que alcanzó un acuerdo a costa de denunciar a su hermana Ethel y a su cuñado Julius Rosenberg, ambos ejecutados).

Muchos de los afectados en distintos ámbitos probablemente sólo eran progresistas pero corrían aires de Guerra Fría, en suma, y viendo el panorama Qian decidió marcharse. Estaba preparando su traslado cuando la empresa que contrató para ello le denunció cuando vio entre sus documentos algunos marcados como confidenciales. El Servicio de Inmigración le arrestó y él adujo que se trataba de archivos muy antiguos y que los funcionarios habían confundido apuntes matemáticos con fórmulas de algo secreto. Posteriormente quedaría demostrado que, efectivamente, no se trataba de material clasificado, pero antes hubo otros factores que contribuyeron a ponerle en el ojo del huracán.

Jack Parsons y Frank Oppenheimer/Imagen

Por ejemplo, el hecho de que durante su estancia en California asistiera a reuniones con Frank Oppenheimer (el hermano de Robert), Jack Parsons, Frank Malina y Sidney Weinbaum, un grupo de científicos que formaban la llamada Unidad 122 del Partido Comunista de Pasadena y que también habían sido detenidos. Los dos primeros hicieron un trato para evitar la cárcel a cambio de testificar contra Weinbaum y Qian. Con ello, se libraron, aunque tuvieron que renunciar a sus carreras, pero peor fue para los delatados: Weinbaum fue condenado a cuatro años de prisión por perjurio (había declarado no tener nada que ver con el comunismo) y a Qian, que adujo inútilmente que para él sólo se trataba de reuniones sociales sin ningún trasfondo político, se le recluyó en Terminal Island, una prisión federal de baja seguridad ubicada en Los Ángeles.

Pasó allí un par de semanas, mientras le investigaban y se descubría que al volver de China en 1947 su respuesta al formulario de entrada fue que nunca había formado parte de una organización hostil al gobierno de EEUU, cuando en una ficha de 1938 del Partido Comunista Americano figuraban su nombre y datos. Él contestó ser leal al pueblo de China y no admitir que el ejecutivo estadounidense le obligara a decidir entre los chinos y los americanos en un hipotético conflicto. Era el refrendo a unas palabras que le dijo tiempo atrás a Dan A. Kimball, subsecretario de la Armada y amigo suyo (que se negó siempre a creer que fuera comunista), en el sentido de que no quería contribuir a fabricar armas que pudieran usarse contra sus compatriotas orientales.

Fue la gota que colmó el vaso. En la primavera de 1951 se le puso en arresto domiciliario, prohibiéndosele salir de Los Ángeles. Dado que sólo podía trabajar en la enseñanza dando materias de temas no clasificados, aprovechó ese período para escribir Engineering Cybernetics, su primer libro, que no se publicaría hasta tres años después. Y es que China ya había protestado por su situación y durante un lustro se desarrollaron negociaciones diplomáticas al respecto entre ambos países. En el verano de 1955 se la autorizó por fin a viajar y embarcó con su familia en el buque SS President Cleveland con destino a Hong Kong. Según se rumoreó, como parte de un intercambio en el que China devolvía a once aviadores que tenía prisioneros desde la Guerra de Corea.

Los chinos recibieron a Qian como a un hijo pródigo y, en 1957, no sólo ingresó en la Academia de ciencias sino que además fue nombrado director de la llamada Quinta Academia, germen de lo que ahora es la CASC (Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China). Era el organismo encargado de desarrollar los programas de misiles balísticos y armas atómicas, de manera que la serie Dong Feng (Viento del Este) le debe en buena medida su paternidad, al igual que el primer artefacto atómico explosionado con éxito (1964), y el primero de hidrógeno (1967). Asimismo, tuvo mucho que ver con los cohetes espaciales en los que se volcó China desde los años setenta, los Chang Zheng (Larga Marcha). Otra insospechada consecuencia del exilio de Qian fue el triunfo que se apuntó Mao al recibirle y afianzar así su posición para iniciar el Gran Salto Adelante.

En las décadas siguientes, Qian llevó a cabo una intensa labor investigadora y docente pero no sólo en ese campo sino en otros muchos, incluyendo la medicina, las humanidades y el qijong (una especie de arte marcial basado en movimientos controlados y meditación, parecido al taichí). En 1979 el Instituto de Tecnología de California, en el que había trabajado, le concedió el Distinguished Alumni Award que entregaba a los alumnos distinguidos y en 1991 incluso le devolvió sus viejos documentos de investigación. Asimismo, el American Institute of Aeronautics and Astronautics le invitó a visitar EEUU pero él estaba resentido por el trato que recibió antaño y se negó a ir si no había una disculpa oficial del gobierno, que no se produjo.

Para entonces ya estaba jubilado y su salud empezó a debilitarse, por lo que tuvo que ingresar en el hospital. Desde allí asistió en 2003 a la consagración definitiva de China en la carrera espacial al poner en órbita a su primer astronauta, Yang Liwei, a bordo de la nave Shenzou; un cohete Chang Zheng 2F, de los que Qian había colaborado a diseñar, fue el utilizado para el lanzamiento, así que cabe imaginar la satisfacción que experimentó en aquel momento. En lo sucesivo, todo fueron homenajes y honores, tanto nacionales como internacionales (incluyendo bautizar con su nombre un asteroide), hasta su fallecimiento en 2009, a los noventa y siete años de edad.

Fuente: labrujulaverde.com