El testimonio del párroco de Algeciras: «La catequista se puso de rodillas y le dijo ‘no me mates, no me mates'»

Juan José Marina es el párroco de Nuestra Señora de La Palma, la iglesia de Algeciras cuyo sacristán, Diego Valencia, falleció este miércoles tras ser apuñalado. «Yo no me encontraba en ese momento, porque además soy vicario y estaba celebrando unas confirmaciones en una parroquia vecina, en San Antonio de Padua», comienza el sacerdote el relato de lo sucedido. «En mitad de la ceremonia que yo estaba oficiando han entrado en la iglesia y han dicho que se había cometido un atentado yihadista en La Palma y entonces me fui inmediatamente para allá».

Al llegar a la zona, explica, se encontró a Diego Valencia ya fallecido a las puertas de la iglesia. «Mi sacristán estaba muerto en mitad de la Plaza Alta con la cabeza abierta», cuenta telefónicamente aún en estado de shock.

Cuando el agresor entró en la iglesia, asegura, el sacerdote que lo sustituía ya había acabado de oficiar la misa y se había marchado, mientras que Diego Valencia estaba recogiendo los utensilios de la ceremonia. Quedaban también algunos fieles rezando. «El agresor se subió a la mesa del altar y comenzó a tirar las cosas que había encima. El sacristán comenzó a increparle y cuando se dio cuenta de que llevaba un machete echó a correr, pudo escapar, pero él lo alcanzó en la calle y lo ha matado, lo ha matado, lo ha matado», repite incrédulo.

Según le relataron quienes se encontraban en La Palma, el agresor iba buscando expresamente al sacerdote. «Y cuando ha visto a una persona mayor saliendo de la sacristía [a Diego Valencia], ha pensado que era el cura, por eso ha ido a por él», explica Juan José Marina. «Se encontró primero con la catequista y esta se puso de rodillas: ‘No me mate, no me mate’, y él se fue para quien creía que era el cura. Por lo visto estaba gritando: ‘Alá es grande, Alá es grande, vas a morir’».

Diego Valencia Pérez, de 65 años, estaba casado y tenía varios hijos. Regentaba una floristería en Algeciras, donde era muy conocido y apreciado. «Qué muerte más absurda e inexplicable, ¿qué Dios puede premiar a un asesino? Diego, descansa en paz, seguro que ya disfrutas de la presencia del señor y de su bendita madre», comentaban en el comunicado sobre su muerte que la cofradía Nazareno de Algeciras, de la iglesia de la Palma, colgaba poco después del asesinato en su cuenta de Facebook. «Señor, acoge en tu seno a Diego, que ha dado la vida por defender tu casa», decía otro feligrés.
Fuente: elmundo.es